Rehabilitación Cerebral post ACV
La rehabilitación tras un derrame permite recuperar funciones perdidas La terapia de rehabilitación puede ayudar al cerebro de una persona que ha sufrido un derrame cerebral a reparar sus conexiones y a recuperar el uso de una extremidad, de acuerdo con un estudio que aparece en la revista Stroke . "Este resultado ha sido objetivo de la neurociencia durante décadas, y aunque se había demostrado en animales, es la primera vez que se consigue en humanos", afirma uno de los autores, Edward Taub, de la Universidad de Alabama, en Birmingham (EE UU).
Durante décadas se creyó que una vez muertas las células cerebrales debido a un derrame, se perdían para siempre. Las investigaciones recientes están descubriendo que el cerebro es mucho más plástico de lo que anteriormente se creía. La plasticidad hace referencia a la capacidad del cerebro de restablecer las conexiones de su circuito para realizar tareas de las que era incapaz debido a una lesión grave.
Este descubrimiento da esperanzas a los investigadores, que creen que quizá sea posible estimular o manipular áreas del cerebro para recuperar las funciones perdidas, un proceso conocido como reorganización cortical.
Los investigadores utilizaron un procedimiento denominado estimulación magnética focal transcraneana para trazar un mapa de la actividad de la corteza cerebral, la fina capa de materia gris que cubre la superficie de cada hemisferio del cerebro. La corteza cerebral se ocupa de las funciones mentales superiores, así como de la producción del movimiento general y de las reacciones de comportamiento.
Control de la mano
Taub y sus colaboradores realizaron concretamente un seguimiento de la zona de la corteza que controla un importante músculo de la mano, comparando la actividad de la parte dañada del cerebro con la porción no afectada. Examinaron a 13 supervivientes de derrame cerebral antes y después de 12 días de terapia. "Lo más importante es que nuestra técnica de rehabilitación recluta áreas adicionales del cerebro para participar en la producción de movimientos después de un derrame cerebral", afirma Taub.
Antes del tratamiento, la zona de la corteza cerebral que controla los movimientos del músculo de la mano era considerablemente más pequeña en el lado dañado del cerebro que en el no dañado. Después del tratamiento, el tamaño de la zona activa capaz de generar movimiento aumentó significativamente en el hemisferio dañado, en correspondencia con una enorme mejoría del rendimiento motor del brazo afectado por el derrame cerebral.
"Estos resultados muestran el potencial de mejoría de la función dañada después de una lesión neurológica mediante el empleo de técnicas adecuadas", afirma Taub. "Esto también establece la posibilidad de conseguir este resultado mediante otras terapias de rehabilitación y por medios farmacológicos".
Publicado revista STROKE
Publicado revista Universidad de Alabama
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